¿No sabéis de qué me espanto?:
como estos farsantes pueden,
haciendo tanto como hacen,
tener la fama que tienen,
porque no hay negro en España,
ni esclavo en Argel se vende,
que no tenga mejor vida
que un farsante, si se advierte.
El esclavo que es esclavo
quiero que trabaje siempre,
por la mañana y por la tarde;
pero por la noche, duerme.
No tiene a quien contentar,
sino a un amo o dos que tiene,
y haciendo lo que le mandan
ya cumple con lo que debe.
pero estos representantes,
Antes que Dios amanece,
escribiendo y estudiando
desde las cinco a las nueve.
Y de las nueve a las doce
se están ensayando siempre,
comen, vánse a la comedia
y salen de allí a las siete.
Y cuando han de descansar,
los llaman el presidente,
los oidores, los alcaldes,
los fiscales, los regentes,
y a todos van a servir,
a cualquier hora que quieren
que es eso aire, yo me admiro,
¿cómo es posible que pueden
estudiar toda su vida
y andar caminando siempre,
pues no hay trabajo en el mundo
que pueda igualarse a este?
Con el agua, con el sol,
con el aire, con la nieve,
con el frío, con el hielo
y comer y pagar fletes.
Sufrir tantas necedades,
oír tantos pareceres,
contentar a tantos gustos
y dar gusto a tantas gentes.
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