Hay gentes que llegan a tu vida en los momentos adecuados. Justamente cuando había perdido toda esperanza con una parte importante de la profesión, aparece un pive con pinta de Mesías que te habla de los procesos de producción desde la óptica más justa y menos lastimera. Es justo en ese momento, casi KO, donde tengo que discernir sobre si lo que me está contando son Cantos de Sirena o es Palabra de Dios.
Le conocí en Valsequillo, donde no pudieron acabar una función que tenían prevista y donde el que escribe, hacía de jurado.
Le conocí en Valsequillo, donde no pudieron acabar una función que tenían prevista y donde el que escribe, hacía de jurado.
Daniel Tapia es comedido y no pasa líneas si no han llegado los tiempos precisos. En mi caso, que comparto casi las mismas visiones que él, le invité a que la cruzara sin temor. Rápidamente ocupó un espacio en mi casa.
Daniel es de esos actores a los que alguien, aunque no lo admita, le dijo un día que se bajara del escenario, que quizás lo suyo era las relaciones sociales. Pero el Tapia, que los lleva bien puestos, decidió que el Teatro era su vida. Y efectivamente así fue como el compromiso con la profesión marcó para siempre su modo de ver el mundo y las relaciones que a través del Arte se establecen con sus semejantes.
Daniel es uno de esos actores a los que Moliere le gustaría tener en su equipo, aunque eso hubiese supuesto colocar a Racine en el bando enemigo. Y lo digo por es de esos poco actores que "mueren" encima de la escena. No tiene tiempos y sus espacios son los de todos cuando está en el proceso de creación y producción de un nuevo espectáculo. Justamente por esa particularidad de estar en todo, también tiene la particularidad de no encontrarse a veces donde se le necesita, el escenario. Su cuerpo acompaña al resto de los actores en el escenario, pero su cabeza está en otro lugar (Claro ejemplo para estudio de Milenio Cuatro).
Daniel es uno de los pocos andaluces que conozco que no es gracioso ni lo pretende, y eso le da una cualidad especial. Tiene una peculiar voz, a la que nadie nunca a sabido sacar el partido necesario y graba a fuego cualquier orden que desde el equipo de dirección se le da.
Es uno de los productores-actores que conozco más respetuosos con sus equipos. Milimétrico y cuidadoso con el entorno, no gusta de hacer injerencias en áreas que ha decidido delegar. Su amor por esta profesión le lleva a extremo de consultarlo todo, inclusive lo que no debiera. Daniel siempre tiene una palabra de aliento y empuje con todos y cada uno de los integrantes del equipo.
Es un actor que está por eclosionar, y aunque a veces duda, sabe perfectamente que no debe bajarse del escenario. Una vez que lo haga, será muy difícil volver a subirse a el.
Es una suerte verle sobre tablas con ese control de todo lo que sucede alrededor. Es el Dios de las pequeñas cosas, aquellas que todas sumadas, hacen grandes espectáculos.
Generoso en el escenario y en la vida, y aunque no sé si lo tiene asumido, Daniel Tapia es un empresario de izquierdas, con una política de izquierdas, en la que prima por encima de todo lo humano, y que amolda estos procesos al equipo.
Daniel Tapia también tiene por deporte "meter el dedo en el ojo". Y reconozco que me encanta esta faceta suya y verlo en plena acción.
Daniel está por nacer, y ya ha recorrido la distancia que ocupa la Panamericana a lo largo del continente. Daniel llegó a la profesión para quedarse y nadie lo va a bajar.... En ese correr, me tendrá a su lado si me necesita.
Daniel es de esos actores a los que alguien, aunque no lo admita, le dijo un día que se bajara del escenario, que quizás lo suyo era las relaciones sociales. Pero el Tapia, que los lleva bien puestos, decidió que el Teatro era su vida. Y efectivamente así fue como el compromiso con la profesión marcó para siempre su modo de ver el mundo y las relaciones que a través del Arte se establecen con sus semejantes.
Daniel es uno de esos actores a los que Moliere le gustaría tener en su equipo, aunque eso hubiese supuesto colocar a Racine en el bando enemigo. Y lo digo por es de esos poco actores que "mueren" encima de la escena. No tiene tiempos y sus espacios son los de todos cuando está en el proceso de creación y producción de un nuevo espectáculo. Justamente por esa particularidad de estar en todo, también tiene la particularidad de no encontrarse a veces donde se le necesita, el escenario. Su cuerpo acompaña al resto de los actores en el escenario, pero su cabeza está en otro lugar (Claro ejemplo para estudio de Milenio Cuatro).
Daniel es uno de los pocos andaluces que conozco que no es gracioso ni lo pretende, y eso le da una cualidad especial. Tiene una peculiar voz, a la que nadie nunca a sabido sacar el partido necesario y graba a fuego cualquier orden que desde el equipo de dirección se le da.
Es uno de los productores-actores que conozco más respetuosos con sus equipos. Milimétrico y cuidadoso con el entorno, no gusta de hacer injerencias en áreas que ha decidido delegar. Su amor por esta profesión le lleva a extremo de consultarlo todo, inclusive lo que no debiera. Daniel siempre tiene una palabra de aliento y empuje con todos y cada uno de los integrantes del equipo.
Es un actor que está por eclosionar, y aunque a veces duda, sabe perfectamente que no debe bajarse del escenario. Una vez que lo haga, será muy difícil volver a subirse a el.
Es una suerte verle sobre tablas con ese control de todo lo que sucede alrededor. Es el Dios de las pequeñas cosas, aquellas que todas sumadas, hacen grandes espectáculos.
Generoso en el escenario y en la vida, y aunque no sé si lo tiene asumido, Daniel Tapia es un empresario de izquierdas, con una política de izquierdas, en la que prima por encima de todo lo humano, y que amolda estos procesos al equipo.
Daniel Tapia también tiene por deporte "meter el dedo en el ojo". Y reconozco que me encanta esta faceta suya y verlo en plena acción.
Daniel está por nacer, y ya ha recorrido la distancia que ocupa la Panamericana a lo largo del continente. Daniel llegó a la profesión para quedarse y nadie lo va a bajar.... En ese correr, me tendrá a su lado si me necesita.
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