NOCHE DE BUFONES también tiene elenco femenino. Pero en ningún momento ocupa espacio de cuota, tal como gusta a algunos pseudoprogres que no acaban de entender el verdadero feminismo.
Lorena Matute es de esas actrices que abren espacios y respiraderos dentro de los elencos estables. No diré que es actriz necesaria, sino que la tendré por imprescindibles, ya que sabe aportar en cada momento la dosis de justa cordura en los injustos tiempos de creación coral.
Juro que he conocido y he trabajado con bastantes actrices, que más temprano que tarde, acaban inoculadas por el virus del divismo.
La Matute es muy rigurosa en su trabajo, y el compromiso con el mismo hace que tire del grupo en los momentos en los que la presión campa a sus anchas. La Matute es una actriz que toca como pocas todos los palos: es capaz de surfear por la comedia con la misma gracilidad con la que ataca el drama.
Es una excelente actriz, y además es profesional, pues no siempre las dos cosas se citan en la misma persona.
Cualquiera puede pensar que una actriz entre cuatro hombres es en primera instancia, la cara bonita. Lorena es primero la actriz, que por sus características ocupa un espacio que otros (actores o actrices), no pueden ocupar. Tiene el mismo valor para levantarse, hablar y proponer, pero también para sentarse, escuchar y defender cualquier propuesta que desde la dirección siempre se le hizo llegar.
Sin querer llegar a ser un pitoniso, sé, sin temor a equivocarme, que en otro proceso de vida y en otro lugar, la Matute tendría su letrero luminoso a las puertas de cualquier teatro. Pero ha elegido se una gregaria y una obrera de la escena, y tomar las riendas cuando se la necesita, y arriesgar cuando su sexto sentido se lo dice, y cuidar y mimar la réplica y la mirada de cualquier compañero en el cadalso del escenario.
No se entendería REYMALA sin Lorena Matute y es justamente su defensa acérrima de este proyecto lo que lo hace más sólido y duradero.
Pero al margen de una excelente actriz, Lorena Matute es buena gente y es una excelente persona. Cualidades que tampoco sobran a los compañeros que pueblan la escena de esta tierra.
Mujer sin dobleces (por eso no le gustan las metamorfosis), también te sabe mirar de soslayo, pero sin acritud, a quienes a veces nos vamos de madre.
La vi por primera vez atacando Comedia dell Arte sin miramientos y sin complejos; y peleando en infames escenarios y contra gentes que llenaban butacas con sus culos, y a los que difícilmente podríamos llamar Público. Ya en ese momento, me pareció que una actriz me regalaba cierto halo de verdad en esta tierra.
Sólo tiene un punto débil... Nunca compartiría mesa y mantel con Gregorio Samsa.
Juro que he conocido y he trabajado con bastantes actrices, que más temprano que tarde, acaban inoculadas por el virus del divismo.
La Matute es muy rigurosa en su trabajo, y el compromiso con el mismo hace que tire del grupo en los momentos en los que la presión campa a sus anchas. La Matute es una actriz que toca como pocas todos los palos: es capaz de surfear por la comedia con la misma gracilidad con la que ataca el drama.
Es una excelente actriz, y además es profesional, pues no siempre las dos cosas se citan en la misma persona.
Cualquiera puede pensar que una actriz entre cuatro hombres es en primera instancia, la cara bonita. Lorena es primero la actriz, que por sus características ocupa un espacio que otros (actores o actrices), no pueden ocupar. Tiene el mismo valor para levantarse, hablar y proponer, pero también para sentarse, escuchar y defender cualquier propuesta que desde la dirección siempre se le hizo llegar.
Sin querer llegar a ser un pitoniso, sé, sin temor a equivocarme, que en otro proceso de vida y en otro lugar, la Matute tendría su letrero luminoso a las puertas de cualquier teatro. Pero ha elegido se una gregaria y una obrera de la escena, y tomar las riendas cuando se la necesita, y arriesgar cuando su sexto sentido se lo dice, y cuidar y mimar la réplica y la mirada de cualquier compañero en el cadalso del escenario.
No se entendería REYMALA sin Lorena Matute y es justamente su defensa acérrima de este proyecto lo que lo hace más sólido y duradero.
Pero al margen de una excelente actriz, Lorena Matute es buena gente y es una excelente persona. Cualidades que tampoco sobran a los compañeros que pueblan la escena de esta tierra.
Mujer sin dobleces (por eso no le gustan las metamorfosis), también te sabe mirar de soslayo, pero sin acritud, a quienes a veces nos vamos de madre.
La vi por primera vez atacando Comedia dell Arte sin miramientos y sin complejos; y peleando en infames escenarios y contra gentes que llenaban butacas con sus culos, y a los que difícilmente podríamos llamar Público. Ya en ese momento, me pareció que una actriz me regalaba cierto halo de verdad en esta tierra.
Sólo tiene un punto débil... Nunca compartiría mesa y mantel con Gregorio Samsa.
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